ngélicos que aman a la iglestomamos tan solo a los "tradicionalmente evangélicos", nos sorprenderemos de no haber crecido mucho, y no ser tantos miles ni en tan alto porcentaje como se divulga por ahí.
Claro, las estadísticas incluyen como evangélicos a las denominadas iglesias neo-pentecostales, que para una hermenéutica bien ajustada al texto sagrado de la Biblia y a la historia de la iglesia, y los movimiento genuinamente espirituales de restauración o avivamiento verdaderos, no pertenecen apropiadamente a la definición evangélicas, como manda la exégesis teológica e histórica de la iglesia en el mundo.
No obstante esta interpretación más tradicional y también mayormente bíblica y menos pragmática y ecuménica, no necesitamos tanto detenernos en las estadísticas, ni en definiciones divisivas, pero incuestionablemente necesitamos atenernos a la Biblia y el Espíritu de Dios, a fin de no desviarnos junto con el mundo caído, en el engaño actual del Espíritu del Anticristo.
Y como la iglesia genuinamente evangélica no está embarcada en vanas competiciones, ni podemos comulgar con quienes desde que nacieron como expresión de iglesia se posicionaron en contra de los demás, o de grupos opuestos en particular, tampoco con el engaño nuevaerista imperante en el mundo, intentando de engañar si fuera posible, hasta a los escogidos de Dios.
Para ello, la iglesia evangélica en Brasil se está mobilizando "detrás de los bastidores" del evangelicismo y el protestantismo, como una iglesia que es recobrada, es decir hallada, y que vuelve a los princípios divinos de Cristo camino, verdad y vida, y la Iglesia Su Cuerpo, donde la única cabeza es Jesús, y no hay ni co-cabezas ni sub-cabezas, y el cuerpo recibe para su vida y crecimiento solamente elementos divinos, incorruptibles.
En este discernimiento, veo como genuinamente iglesia al RECOBRO que viene del hermano Wachtman Nee, a milhares de células caseras y un discipulado genuinamente despertador de la vida de la iglesia, a cientos de hombres y mujeres levantados por Dios como Juanes Bautistas en el Desierto, pregonando la unidad del pueblo de Dios, viviendo excéntricamente para la religión evangélica, pero llenos del Espíritui y en la Palabra de Dios genuinamente. Este mover está en todas las denominaciones evangélicas, y ni siquiera toma el nombre mencionado para sí, sino que es apenas un mover del Espíritu Santo a través de personas que no se dejan deprimir por las persecusiones religiosas por cuestiones de doctrinas, y sí se atan solamente a CRISTO Y LA IGLESIA.
Habría que acompañar este mover de Dios entremezclando nombres y ningún nombre, y esperar para ver al pueblo de Dios volviendo a manifestarse sin idolatrías denominacionales, ministeriales, y de hombres, pero sí en el Primer Amor, la santidad y la expresión genuina de la gloria de Dios en múltiples acciones de vida de iglesia visible y siempre presente.